Mujeres que producen futuro: La diputada Castellani participó del encuentro que pone en agenda el rol femenino en el agro

“Las mujeres vienen empujando desde hace años procesos productivos, decisiones técnicas y estrategias de negocio, aunque muchas veces sin el reconocimiento explícito que sí reciben sus pares varones”, señaló Castellani, enfatizando que la transformación no solo pasa por la participación, sino por el reconocimiento del aporte real que las mujeres sostienen en el día a día del campo.

Esta reflexión se enlaza con las palabras de María Rosa Scala, referente histórica del INTA y pionera en temas de extensión y género, quien recordó que “la autonomía económica es clave: nos permite poder tomar decisiones en todos los ámbitos”. Scala subrayó además que la carga de trabajo doméstico sigue siendo una barrera concreta: “A las mujeres se nos exige muchísimo, debemos dejar de lado las exigencias impuestas y en medio de las labores tener tiempo para nosotras sin culpa y sin dar explicaciones. La autonomía económica es clave para nosotras. Nos permite poder tomar decisiones en todos los ámbitos". Castellani remarcó que la sostenibilidad del agro también depende del bienestar y la calidad de vida de quienes producen, especialmente de las mujeres rurales que suelen cargar múltiples responsabilidades. 

La visibilización del rol productivo femenino atraviesa también las experiencias empresariales. En ese sentido, la historia de Georgina Taormina, directora del grupo agroindustrial BLD+, demuestra la fuerza y convicción de las mujeres a la hora de salir adelante. En medio de la crisis que atravesó la empresa en 2019, Taormina asumió un rol de liderazgo en un directorio que durante 25 años no había tenido mujeres. “Creo que la clave es confiar en una misma; nada se sostiene si no se piensa desde la confianza. En aquel momento todos queríamos abandonar, pero di ese paso y fuimos recuperando la empresa. Después se sumaron muchas más mujeres; esa puerta quedó abierta”, contó. Su testimonio dialogó directamente con el de Scala cuando afirmaba que “las mujeres, cuando ganan espacio, proponen; no piden permiso”.

Castellani destacó que estos relatos no son excepciones sino señales de un cambio cultural que está en curso. Recordó un ejemplo que Scala compartió durante el encuentro, cuando una joven señaló que su madre “ya no es la que ayuda, mamá es productora”. Para Castellani, esa frase sintetiza un proceso fundamental: “Nombrar es reconocer, y reconocer es habilitar participación real. El lenguaje y el imaginario del campo tienen que actualizarse para reflejar la diversidad de quienes producen”.

La dimensión emocional también apareció con fuerza en las voces de las participantes. Taormina reflexionó: “Las mujeres no somos solo una opción cuando no queda nadie más. Somos una opción en el caos y en el orden. No debemos justificar el lugar que ocupamos porque somos capaces y aportamos algo distinto”. A lo que sumó una idea que Castellani retomó en varios momentos del encuentro: “La preparación perfecta no existe; existe el compromiso, la pasión y la dedicación que le ponemos a todo”.

El Encuentro Nacional de Mujeres Agropecuarias logró así un objetivo esencial: trazar puentes entre experiencias diversas, poner en valor los liderazgos femeninos en todos los niveles de la producción y avanzar en un debate que ya no puede postergarse. Como expresó Castellani, “el futuro del sector agropecuario será más fuerte, más innovador y más humano en la medida en que logremos integrar plenamente las miradas y capacidades de las mujeres en todas las instancias de decisión”.

Un mensaje que, como quedó claro en Santa Fe, no solo interpela al presente del agro argentino, sino a su futuro.

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